El cine, una terapia contra el cáncer 10-2017
El villanovense Hugo Navarrete edita su película desde el complejo hospitalario de Jaén
El joven editor villanovense, Hugo Navarrete, dos años después de haber superado un cáncer de Linfoma de Hodgkin en 2015, lucha ahora de nuevo para combatirlo tras haberle reaparecido. Justo ahora cuando Navarrete se encontraba en plena edición de Heads Will Roll —Rodando Cabezas, en castellano—, el nuevo trabajo que prepara para el cineasta alicantino Pablo Riquelme, fue cuando recibió esta dura noticia. La cinta fue rodada íntegramente en Hollywood y contó con la participación de actores de primera línea como Tony Todd, de Candyman y La Roca, o Lia Chapman, de Canguros.
“Es la segunda vez que recibo una noticia tan delicada como es contraer un cáncer. No estaba preparado la primera vez y, por supuesto, tampoco lo estuve en esta ocasión” afirma Navarrete. Pero este joven y valiente cineasta no tira la toalla. Todo lo contrario. Decidió que se pondría en manos de la ciencia una vez más. “Llamé a Pablo Riquelme y le dije que me mandara aún un mayor volumen de trabajo. Necesitaba sentirme más útil y necesario que nunca”, señala el villanovense.
La relación de Riquelme y Navarrete se remonta a sus días como compañeros universitarios en los estudios de la cine Ciudad de la Luz. Desde entonces, han trabajado juntos en diversos proyectos. Según Riquelme: “Superamos ya un cáncer juntos con Dead Flowers y, ahora, lo vamos a superar, otra vez, con Heads Will Roll. Hugo se ha convertido en un hermano en el que pongo toda mi confianza. Como editor, es y será la mano pausada y crítica que coloca y ordena las cosas, que pone la esencia y da el toque maestro”.
Con ello, y con la confianza depositada en él por parte de Riquelme, Hugo Navarrete tuvo la idea de no tomar ni un minuto de descanso y convencer a los doctores y enfermeras del complejo hospitalario de Jaén para que le permitieran editar esta nueva producción en la misma habitación del hospital en la que se encuentra. “Paso una semana en el hospital y otra en mi casa”, matiza Navarrete, que añade: “La semana que estoy en mi casa de Villanueva del Arzobispo la dedico a trabajar en la película desde mi propio estudio, y la que estoy en el hospital, arreglo detalles, aunque también le doy algún descanso para ver películas en DVD”.
El villanovense dice que el equipo de hematología jiennense se lo está poniendo muy fácil. En esta línea, determina: “Se portan muy bien conmigo y, además , entendieron rápidamente que el cine iba a ser parte vital de mi recuperación”. Cuando concluyan las duras sesiones de quimioterapia que le quedan, Navarrete será sometido a un trasplante de Medula Ósea. “Al principio me asusté muchísimo cuando me dijeron que necesitaba un trasplante pero, ahora, todo parece que se está poniendo de mi lado”, indica aliviado, pues dice que los doctores le presentan un panorama muy positivo y prometedor.
Hugo Navarrete hace de su vida una historia verdaderamente cinematográfica. Desde Hollywood hasta Jaén, todos se quitan el sombrero ante una situación tan épica como artística. Este joven editor de cine sabe montárselo bien. Sin lugar a dudas, es un ejemplo de superación constante y digno de admiración.